Qué son los microplásticos, una gran amenaza de la sociedad moderna

Publicado el 09/05/2020


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Qué son los microplásticos, una gran amenaza de la sociedad moderna

Como sugiere su nombre, los microplásticos son pequeñísimos trozos de plástico derivados de la degradación del mismo en el ambiente.

Se trata de partículas de menos de 5 milímetros (esta es la medida establecida por el National Ocean Service estadounidense) que acaban depositándose en el ambiente y convirtiéndose en una amenaza para éste mismo y los seres vivos. Si a esto le añadimos el hecho de que estos materiales tardan décadas en degradarse completamente, la situación a largo plazo es bastante preocupante. En resumen, si seguimos produciendo y utilizando plástico a los ritmos actuales, cada año los microplásticos en el ambiente aumentarán desmesuradamente. 

La verdad es que estos materiales casi invisibles están ya literalmente por todos lados. Desde el mar, cada vez más lleno de plástico, hasta los suelos, los animales, el agua del grifo, y también lamentablemente nuestro propio organismo. Sí, como lo oyes, los microplásticos logran entrar en la cadena alimenticia al ser ingeridos por peces y otros animales que a su vez consumimos, con todos los problemas de salud que esto puede conllevar.

 

Microplásticos en el mar y en el suelo

Cómo anticipamos, aunque no lo parezca a simple vista, los mares están cada vez más llenos de microplásticos.

Sin ir demasiado lejos, nuestro querido mar Mediterráneo se ha ganado el triste apodo de "trampa de plástico" elegido por el WWF en un estudio en el que destaca el nivel extremadamente alto de contaminación por microplástico de sus aguas. El estudio subraya cómo el plástico de diferentes dimensiones representa el 95% de la basura que podemos encontrar en el mar Mediterráneo, pero el dato realmente aterrador se refiere a los fragmentos diminutos de microplástico, que habrían alcanzado una concentración de 1,25 millones de fragmentos por quilómetro. Para que podáis comparar, el WWF sostiene que esta concentración es 4 veces superior a la de las tristemente famosas "islas de plástico" que se encuentran en el Océano Pacífico. En todo esto, España se sitúa en el segundo lugar después de Turquía entre los países que más plástico vierten en el Mediterráneo. La situación es tan seria que en 2018 desde la Unión Europea se declaró que si no actuamos ya, en 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

No se lo pasan mejor los suelos, que tampoco logran escaparse de esta overdosis de plástico de la sociedad moderna. Es más, la ONU revela un estudio alemán según el cual la contaminación de los suelo por microplástico puede llegar a ser de 4 a 23 veces mayor que la de los océanos, con potenciales consecuencias negativas para el medio ambiente a largo plazo.

 

 

 

Microplásticos en los alimentos

El hecho de que los suelos y mares estén llenos de microplásticos es verdaderamente preocupante, pero es cuándo nos enfocamos en su impacto en nuestro organismo que el asunto asume una dimensión aún más aterradora.

Según el National Geographic, que a su vez recoge información de 26 diferentes estudios, el consumo medio anual de microplástico varía entre las 74.000 y las 121.000 partículas. Estas partículas, totalmente invisibles para el ser humano, provienen de todo tipo de alimento y acaban en nuestro organismo por ingestión, pudiendo ocasionar con los años graves problemas de salud.

En este interesantísimo documento proporcionado por la Generalitat de Cataluña, se mencionan estudios que han comprobado la presencia de microplástico en los alimentos más variados. Para hacer un ejemplo, de 24 muestras de cerveza analizadas, la mayoría de ellas contenía partículas en proporción variable (en específico de 0,012 a 0,109 fragmentos/mL). Lo mismo le pasa por ejemplo a la miel, otro alimento mencionado en el artículo, que en muchos de los casos analizados también presenta trazas de fibras y fragmentos de plástico.

 

 

¿Cómo acaba el microplástico en los alimentos?

El microplástico pasa a los alimentos que comemos por diferentes vías. Una de ellas es a través del polvo que se encuentra en el aire, y que se puede depositar en los alimentos a lo largo de la cadena productiva o al prepararlos para el consumo.

Otra vía común es por ingestión de estos por parte de los animales que luego acaban en nuestros platos. Pensad por ejemplo en los peces que, al vivir en el agua, ingieren sin querer estas partículas que finalmente acaban en nuestro organismo cuando nos comemos el pescado.

Por último, pero no menos importante, muchos microplásticos pasan a la comida a través de los embalajes de los alimentos. Para hacer solo unos ejemplos, pensemos a las bolsas de ensalada, las botellas de plástico para el agua, los botes de yogur, etc…

 

Riesgos del microplástico para la salud

Al estar tan presentes en el ambiente, en lo que respiramos y en lo que comemos, la gran pregunta es si estas partículas suponen una amenaza concreta para nuestra salud.

Para empezar, cabe destacar que los microplásticos constituyen un elemento de riesgo por varios motivos, entre otros:

  • Su ingestión o inhalación y consiguiente acumulación en el organismo
  • Posible toxicidad debido al material plástico, al cual se añaden aditivos químicos que pueden resultar nocivos para el organismo. Entre los aditivos más comunes en los plástico está el bisfenol A o BPA, conocido por ser un disruptor de la actividad hormonal, por ejemplo

La verdad es que hemos estado buscando y leyendo diferentes estudios y parece que al día de hoy no se pueda decir con seguridad si los microplásticos que ingerimos constituyen una real amenaza para nuestra salud o no. Hasta existe un estudio de la OMS que sostiene que el riesgo sería muy limitado, aunque es la misma co-autora Jennifer de France quien sostiene que la información disponible es todavía muy limitada y haría falta más investigación.

Total, que desde el punto de vista científico todavía no hay una respuesta unívoca a esta pregunta, pero tan solo utilizando la lógica, podemos decir que siempre es mejor evitar o por lo menos reducir la ingestión de un material como el plástico que tarda centenares de años en descomponerse en la naturaleza.

 

Cómo reducir la ingesta de microplásticos

Seguramente estarás tan en shock como lo hemos estado nosotros al enterarnos de estos datos, y te estarás preguntando cómo poder reducir la ingesta de microplásticos lo más posible.

Pensar de poder reducir a cero la ingestión de microplásticos es algo muy optimista en nuestra manera de ver. Por un lado, estas partículas están presentes por todos lados, y por el otro no las podemos detectar a simple vista, lo que hace imposible darnos cuenta de que las estamos ingiriendo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es actuar dónde podemos para reducir considerablemente el riesgo de ingestión.

Una manera sencilla para empezar y obtener resultados inmediatos y bastante significativos es intentar evitar el plástico de un solo uso que se usa para empaquetar o conservar todo tipo de comida. Al reducirlo en favor de otras opciones sin plástico estaremos disminuyendo el riesgo de transmisión de microplástico a la comida y la conseguente ingestión.

Por ejemplo, ¿sabías que si consumes regularmente agua embotellada en plástico estás ingiriendo 90.000 microplásticos más que una persona que solo bebe agua del grifo? Pues aquí ya tienes un ejemplo muy concreto y medible de cómo ayudar al ambiente y a tu salud simplemente reduciendo el uso de botellas de plástico.

En Econopeco llevamos mucho tiempo diciendo que esta tipología concreta de plástico, el de un solo uso que tiene una vida útil muy corta, es lo primero que tenemos que abandonar si queremos tener un estilo de vida más zero waste o "residuo cero". Y es también algo fácil de hacer, ya que hoy en día existen muchas opciones alternativas sin tener que renunciar a nuestros hábitos de compra. Lo bueno es que al rechazar su uso también estaremos reduciendo la ingesta del temible microplástico, y al mismo tiempo no produciremos escombros y limitaremos la proliferación del plástico en el medio ambiente. ¡Una gran idea para salir todos ganadores!

 

Los microplástico en la cosmética y productos de higiene

Por si no fuera poco, los microplásticos se utilizan también en la composición de muchísimos productos que usamos a diario para la higiene y belleza.

Los podemos encontrar en productos cosméticos como por ejemplo cremas, geles, pastas de dientes, exfoliantes solo para mencionar algunos. También hay microplásticos en los detergentes y en la misma ropa que llevamos. ¿Y adivinad dónde acaban todas estas partículas? La mayoría de ellas, lamentablemente, en el mar, a través del desagüe.

En algunos países, como por ejemplo Reino Unido y Estados Unidos, el uso de microplásticos ya está vetado, señal que poco a poco nos vamos concienciando del enorme problema que estos suponen y de la necesidad de encontrar alternativas más sostenibles con el ambiente. Al mismo tiempo Europa parece estar intentando actuar de forma conjunta para acabar con su uso en detergentes y cosmética.

En todo esto, lo que nosotros en nuestro pequeño podemos hacer es ser más conscientes de lo que compramos e intentar optar siempre por productos sostenibles y ecológicos, aunque esto pueda suponer gastarse un poquito más.

Otra opción que a nosotros nos encanta es crearnos nuestros propios productos. Es una opción muy inteligente ya que se sabe perfectamentes qué ingredientes contiene cada producto y al mismo tiempo estamos reduciendo los escombros de plástico al usar botes reutilizables. A nosotros nos gusta tanto que tenemos una sección dedicada a esto en Econopeco. Por ejemplo, para empezar puedes echarle un vistazo a nuestra receta de pasta de dientes casera, nuestro limpiador multiusos hecho en casa y a la receta para el limpiador de baño.